No somos nadie… (II parte)


DinaAyer se nos murió Dina, imagino que ya os habréis enterado.

Era domingo, aproveché para dormir un poco más de lo acostumbrado y así a las 10 me levanté. Bajé a desayunar y como cada día, nada más oírme, se acercó para que le diera al menos ese trozo de pan del día anterior que tanto le gustaba. Para bien o para mal por ser domingo salió ganando y le tocó un trozo de donut de chocolate.

Al rato mi abuela me indicó que dejara en la rampa de la cochera a los tres perros para que jugaran allí y así nos dejaran de dar la «vara» mientras hacíamos nuestras cosas. Se nos olvidó y allí estuvieron el resto de la mañana.

A las 14.30h llegaron mis padres de Valencia donde llevaban desde el jueves por cuestiones de trabajo. Fue mi madre la que les abrió la puerta y Dina la que dando saltos de alegría y algunos aullidos les dio la bienvenida. En fin, lo más normal del mundo.

La comida estaba casi preparada por lo que al poco nos sentamos a la mesa. Dina se quedó en el patio tumbada, justo delante de la puerta que da acceso al comedor.

Tras la comida recogimos todo y me dispuse para llevar a mi abuela y a mi tía a Linares. Me duché rápidamente y me asomé al balcón de mi dormitorio para hablar con un amigo por teléfono. Dina estaba tumbada en el patio, en un lugar muy poco habitual para ella pero con la cabeza levantada y aparentemente normal. Mi abuela salió a despedirse de ella sin saber que sería la última vez que lo haría. Yo ni siquiera lo hice. Partimos hacia nuestro destino.

Eran las 17.11h y me encontraba ya de regreso a Jaén cuando recibí la llamada de mi padre: se habían apresurado tan rápido como se habían percatado al veterinario pero Dina estaba muy mal, se estaba muriendo. Nada más colgar recibí otra llamada. Era mi tío, sus noticias no eran mucho más alentadoras. Me apresuré lo más rápido que pude para llegar pero todo intento fue inútil. A las 17.40h fallecía por causas totalmente desconocidas.

A quién se le podría haber pasado por la cabeza esta situación… a quién… Sin embargo una vez más un hecho tan aparentemente absurdo y fuera de toda lógica vuelve a arrojar algo de luz a nuestra existencia y es que eso que parece que sólo les pasa a los demás… desgraciadamente también a cada uno de nosotros nos puede ocurrir.

Si lo hubiese sabido… ¿acaso no le hubiera dado en vez de un trozo de donut la caja entera? ¿acaso en vez de echarla a la rampa no abría pasado la mañana jugando con ella? o simplemente… ¿acaso no me hubiera despedido? Pero no… a veces el transito a la otra vida acaece cuando menos nos lo esperamos… y en este caso, al menos a mi, me ha cogido sin los deberes hechos.

———

Dina fue mi regalo de cumpleaños el 22 de marzo de 1997 cuando apenas tenía unos meses. Dentro de 2 cumplía 11 años. 11 años que quizás otro día pueda narrar… o quizás no.

Anuncio publicitario

3 Comentarios

  1. coño tio llopis no losabia! no me habias dicho!! joder tio lo siento macho, me cago enla puta… me dijiste lo del otro perro, pero lo de Dina no melo habias dicho =S! puf..

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s