Madrid 2011: Jornada Mundial de la Juventud


Hace unas horas he escuchado en las noticias que la próxima JMJ se celebrará en Madrid dentro de 3 años. Una inmensa alegría ha recorrido todo mi cuerpo en ese momento, no menos que la que sigo sintiendo.

En este rato he estado recordando los anteriores encuentros con el Papa, tanto con el actual como con su antecesor. Muchas anécdotas han venido a mi mente, cientos de buenos recuerdos, miles de hechos por los que dar gracias a Dios.

Fue en el 2003 cuando Juan Pablo II hizo en Madrid su última visita a España. Y fue en su llegada al aeropuerto donde pude verlo por primera vez fuera de Roma. Tras ello, los jóvenes venidos de toda España nos desplazamos a Cuatro Vientos para compartir unos agradables momentos en su compañía.

Pero esos momentos se hicieron esperar varias horas. Varias horas no como las de esos conciertos en las que muchas veces hay que hacer largas colas. Varias horas tampoco como las que muchas personas esperan a las puertas de un comercio para adquirir su videoconsola, su juego o su iPhone. Éstas horas fueron (quizás como las anteriores) sin apenas agua, sin un sitio donde sentarse, con un sol abrasador quemando nuestras cabezas, con el agobio propio de decenas de personas a tu alrededor… de lo más deseable como podéis ver pero que valdría la pena repetir una y mil veces más porque la recompensa fue enorme. Una recompensa, he aquí la diferencia, no como la del concierto o la de la videoconsola que perdurará en nosotros un par de años, sino una recompensa que durará toda la vida al no ser algo simplemente material.

Y todo ello mereció la pena para acompañar un ratito a un anciano de 83 años. Un anciano y valga la paradoja joven, muy joven de espíritu. Un anciano que podía estar jubilado perfectamente como cualquier persona o que podía vivir sus 83 años (no creo que haga falta recordar el atentado que sufrió y que dejó secuelas irreversibles en su vida o las enfermedades degenerativas que padecía) con total comodidad y con exquisitos cuidados médicos. Pero no, era un anciano al que no le importaba dejar todo, olvidarse de sus achaques (que seguro los tenía) y de su «yo, mí, me, conmigo» para viajar cientos de kilómetros y juntarse, en este caso, con unos chavales dispuestos a darlo todo por Cristo a base de ejemplo y buenas obras.

En Agosto de 2005 asistí a la JMJ en Colonia (Alemania). Esta vez fue Benedicto XVI quién a sus 78 años nos acompañó, y muchos más recuerdos los que mantengo de esas jornadas ya que por un lado en el tiempo las sitúo más recientes y por otro duraron más días.

No negaré para los que así lo quieran leer que el encuentro con Benedicto fue algo más frío y distante que los acaecidos años antes y desde que esta actividad se empezara a organizar en 1984. Algunos motivos eran evidentes: estaba prácticamente recién elegido Papa y para la mayoría nos resultaba un «desconocido»; las disciplinadas autoridades alemanas hicieron todo lo posible para mantener la máxima seguridad en el recinto y por tanto la lejanía en el espacio con él. El español sólo lo escuchamos a base de las traducciones simultáneas que ofrecía la radio… y por supuesto, carecía en cierta medida de la cercanía y carisma de su antecesor para con los jóvenes.

Pero nuevamente si volvemos a reflexionar sobre lo que allí estaba ocurriendo nos daremos cuenta que quedarnos con esas simples apreciaciones es «no enterarse de nada» como se suele decir. El Papa, sucesor de Pedro y cabeza de la Iglesia se desplazó hasta allí para hablarnos a cada uno de los presentes de los temas que le preocupaban, de sus inquietudes, de sus ilusiones, para adoctrinarnos bajo las enseñanzas de Cristo y para pedirnos nuestro apoyo como «savia nueva de su Iglesia».

¡Cuanta veces no hacemos cursos, asistimos a clases, a conferencias… con personas que realmente no trasmiten nada, no dejan ningún poso, pero con las que tanto nos reímos o tan buenos momentos pasamos! El problema está en quedarse con la forma y no con lo verdaderamente importante: el contenido. Y en este caso creo que nadie puede dar más contenido a estos temas que el mismo Papa.

En 2006 Benedicto visitó por primera vez España con motivo de la Jornada Mundial de las Familias. Nuevamente el encuentro fue imponente. Poder compartir unos momentos con él, rezar a su lado o simplemente asistir a la Santa Misa fueron suficientes motivos para sentirme afortunado de no haber perdido la ocasión. Hoy en día, cualquier pequeña complicación que se nos pase por la cabeza, cualquier tipo de renuncia que sea necesaria efectuar, cualquier «tontería» o tentación es irrelevante ante tales acontecimientos.

Este año acaba de clausurarse la JMJ en Sydney. No obstante no podré referirme a ella porque aunque lo hubiera deseado, por una serie de circunstancias no he podido asistir.

El caso es que para concluir este post que tanto se ha alargado me gustaría volver sobre lo anterior y que sirva como motivo de reflexión: 1) sobre los 81 años del Papa, sobre su incesante trabajo diario, su ritmo de vida, su entrega… 2) sobre lo bien que vivimos la mayoría de nosotros, lo poco que valoramos lo que nos rodea, nuestro egoísmo, nuestras comodidades, nuestras apetencias… 3) incluso si en el caso más extremo nos sentimos con derecho para criticar si el Papa viaja en vuelo privado o en mercedes, si duerme en Hotel o si come en Restaurante, si le acompañan 5 médicos o si son los gatos los que tienen 5 patas… 4) Si el máximo sacrificio que estamos dispuestos a hacer durante la semana es ir 35 minutos a misa el domingo, si nuestra entrega diaria como cristianos nos lleva a acordarnos de Dios tan solo con las 3 avemarías de la noche… 5) Si somos cristianos de apariencia o de convicción y si Dios está realmente presente en nuestras vidas, en nuestras acciones y en nuestro ejemplo o si tan solo lo está en nuestra boca (y cuando nos hace falta). Quizás para examinarnos de todo ello sólo debamos comparar nuestra actitud con la del que hace Cabeza en la Iglesia. Basta nuevamente que pensemos en si nuestro problema es de forma o de contenido.

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17 Comentarios

  1. ola soi de guatemala y se que ya es talves tarde pero hasta aora logre juntar dinero para mi pasaje a españa quisiera saber si hay alguien de guatemala que vaya a ir a la jmj para asi ps se me sea mas facil ya que ps dentro de mi comunidad no hay nadie que vaya a ir y ni siquiera se menciona esto agradecere su ayuda si me pudieran responder por esta via muy agradecido.BENDICIONES!!!

  2. hola la jmj 2011 es una bendicion para toda la juventud del mundo por lo que
    deseo que la mayoria de jovenes latinos podamos participar de ste gran evento
    sobre todo para celebrar la universalidad de la iglesia y la alegria de los jovenes del mundo.

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