Estoy en horario laboral por lo que no invetiré demasiado en este artículo. Tan sólo, bajo mis cortos conocimientos, voy a intentar profetizar y augurar el mal-futuro que nos espera a la vuelta de la esquina.
Estamos sumidos en una de las peores crisis que se recuerden. No nos damos cuenta, pero lo estamos.
El que escribe estas líneas no es un erudito en finanzas, ni posee ningún master por la universidad de Massachusetts que le acredite para decir lo que va a decir; el que escribe simplemente se considera una persona que mira a su alrededor, lee, escucha, aprecia y saca conclusiones.
El Desgobierno de España nos engaña, eso a nadie con un dedo y medio de frente se le escapa. Lo ha hecho siempre porque es lo único que realmente sabe hacer bien. Lo hizo para ganar las elecciones y lo hace ahora porque en realidad no sabe qué hacer. En la oposición no hay mejores propuestas que el «ya te lo advertimos» y «ahora a ver como sales de esta». La verdad es que no pueden hacer más porque ellos tampoco saben por donde meterle mano al asunto. Este problema es mundial, fruto de la globalización, y ponerle solución es cuanto menos complejísimo.
Pronto España y con ella los españoles entraremos en eso que suena tan feo: recesión. Para que nos hagamos una idea es algo así como cuando una familia gasta más de lo que gana o como aquella empresa cuyos gastos suman más de lo que suman sus ingresos. Al principio en ambos casos se tira de ahorros pero estos, como todo, tienen un límite.
La Bolsa es otro factor que también afecta. Y la Bolsa cada vez anda más baja y cada día baja más. Esto principalmente tiene dos consecuencias: 1) que aquellos que tienen ahí sus ahorros los están perdiendo y 2) que aquellas empresas que cotizan están perdiendo parte de sus activos. Alentador.
Por otro lado tenemos los índices de desempleo que al contrario que lo anterior cada día aumentan. Y como esto es la pescadilla que se muerde la cola, los desempleados ya no cotizan al Estado sino que «chupan» de él, y eso simplemente quiere decir que pasan de pagar a cobrar. Y eso a su vez quiere decir dos cosas: 1) que el dinero del Estado ya no aumenta sino que disminuye y 2) que esas personas miden más sus gastos por lo que compran, gastan o invierten menos.
Y los consumidores al comprar menos, las empresas por ende venden menos y se ven obligadas a regularizar su plantilla para abaratar costes, lo que hace que aumente el desempleo. Y además esas mismas empresas contribuyen menos al Estado por lo que éste recauda menos impuestos.
Pero es que ahí no queda todo porque la gente, casi toda la gente, tiene hipotecas. Y si no hay trabajo no hay dinero, y si no hay dinero no pueden pagarse las hipotecas que además cada vez cuestan más. Y si las hipotecas no se pagan pasan dos cosas: 1) que las personas pierden su hogar y 2) que los bancos no tienen liquidez. Y si los bancos no tienen liquidez pasan dos cosas a su vez: 1) que quiebran y 2) que los que tenían ahí sus ahorros los pierden. Y ya sé que el desgobierno de España ha garantizado los ahorros… lo malo es que si quiebran varios bancos/cajas… no habrá dinero para todos. En el fondo: mentiras, más mentiras. y el fantasma del ’29 al acecho.
Y me pregunto, ¿puestos a no perder nuestros ahorros sería mejor guardarlos bajo el colchón? Esto supondría que los bancos perdieran más liquidez, lo que ayudaría a su quiebra. Y, ¿los que tienen sus ahorros en la Bolsa? Sinceramente más vale haber perdido mucho que seguir «jugando» y perderlo todo. Y, ¿los incautos y mezquinos que quieren abrir nuevas pymes? Más les valiera quemar su dinero a embarcarse en tales proyectos.
El tiempo da o quita la razón. Ya se verá en que queda todo.