Ayer me operé de los ojos, de miopía y astigmatismo para ser más exactos mediante una técnica llamada Lasik. Por la noche no sólo estaba perféctamente sino que además… ¡veía!
Estuve el fin de semana con un amigo en la playa. Le comenté que aunque a mi todo el rollo este de las operaciones, los quirófanos y demás historias no suelen asustarme ni preocuparme, esta operación me generaba una extraña sensación que ni a él le supe explicar ni por aquí tampoco sé hacerlo. Me habían dicho que era rápida y que prácticamente indolora… pero a mi eso de que me «trasteen» el ojo y que yo mientras lo «vea»… pues como que no me resultaba plato de buen gusto.
Al final todo fue peor pensarlo que pasarlo. Llegué muy nervioso a la clínica más por los 25 minutos de retraso que por la misma operación. El tráfico y las obras en Málaga me demoraron y finalmente opté por aparcar en un parking y coger un taxi. Una vez allí practicamente no tuve que esperar (yo creo que ya bastante me habían esperado ellos) y pasé a quirófano tras escribir un tweet y contestar el sms que me mandó Manu A. para animarme y desearme suerte. Me pusieron una bata verde encima de la ropa, un gorro (no sé para qué) y unos plásticos en los zapatos. En ese momento dudé si yo era el médico o el paciente.
Entré al quirófano y quise darle la mano al doctor pero sus guantes esterilizados no eran dignos de acoger mi saludo así que retiré la mano y me tumbé en la camilla (ya no eres mi amigo, pensé). Durante la intervención fueron explicándome todo muy amablemente:
– Ahora es importante que abras el ojo todo lo que puedas (de eso dependía que me hicieran la operación «buena» o la «mala». Abrí los ojos cual buho en la noche…)
– Ahora vas a sentir una presión muy fuerte dentro del ojo (cuando le quitaban la capa superficial, no sé si es la retina o como se llama)
– Muy bien, lo estás haciendo muy bien… (y yo pensaba… ¿cómo puede hacer alguien esto mal? Seguro que se están quedando conmigo…)
– Ahora vas a ver todo negro unos segundos… (y efectivamente dejé de ver).
– Muy bien, ahora mira de las dos luces que hay aquí arriba la roja y no la verde… es el láser (joder, y no podía ser azul en vez de roja?? ese color sólo me gusta acompañado del amarillo o del blanco…)
– Les pregunté: oiga, ¿huele un poco como a… «chumascao» no?
– Sí, es normal… (ahm, vale… ya me callo)
Y una vez concluido un ojo, le metieron mano al otro. Total, yo creo que menos de 10 minutos desde que entré hasta que salí (madre mía, los 10 minutos más caros de mi vida… casi sale a 3€ el segundo…, ¿0s imagináis si ganáseis 3€ al segundo? Para mi sería la perdición y el pasaporte al infierno…).
El resto de mañana lo pasé en casa de Miguel M. tumbado y con la luz apagada. Los ojos cada vez me escocían más y por un momento temí que tuviera que salir en barca de la cantidad de lágrimas que estaba echando. Me puse El Barrio en el iPhone y por lo menos el rato se me hizo más agradable mientras pensaba en el finde pasado en su concierto con mi amigo después de que el Atleti ganara la Supercopa, en la feria, en el viaje a Almerimar… Manu A. padre me llamó para interesarse por como había salido todo y al final entre unas cosas y otras me dio la hora de comer y de volver a la clínica para que me hicieran una primera revisión en la que me dijeron que todo había salido bien y que me fuera pa’ Jaén. La verdad es que a esa hora (16 pm) los ojos ya me lloraban bastante menos y el escozor iba desapareciendo.
Lo primero que hice al montarme en el coche fue empezar a mirar todo lo que me rodeaba. Era increíble leer las matrículas de los coches, incluso las que estaban lejos! Los carteles, las indicaciones… aunque lo realmente increíble fue cuando antes de acostarme empezó una película en la tele y puede leer desde el sillón los títulos del principio!
Durante el camino de vuelta otro par de amigos se acordaron de mandar un sms para preguntar que tal (Alo y Rodri) y a la llegada a Jaén me llamó Paco. Después alguno más se fue acordando (Juanitín, Javi L., Manu Mtnez, MAX…). La verdad es que no había dado mucha publicidad a la operación porque una operación de 10 minutos ni es operación ni es nada… pero en verdad os agradezco mucho a los que sí lo sabíais que os acordárais, vuestro interés, preocupación y sin duda lo más importante… vuestros rezos!!
Me acosté pronto, a las 22.30 aprox., y dormí como un bendito. Hoy el día lo he pasado estupendamente, nada de molestias ni similares y por supuesto viendo dpm (mención especial a los dos goles del Niño, para los que dudan de él). Es verdaderamente increible poder ver sin necesidad de gafas ni plastiquitos en el ojo… de verdad, en otra época esto se hubiera llamado «milagro» pero hoy en día está al alcance de todos. Os lo recomiendo sin miedo a equivocarme.
Por cierto, la clínica se llama Baviera y el doctor que me operó J. Garrido. Un 10 para ambos en todos los sentidos!
Ya no vas a poder salir por Fuengirola con una sola lentilla jajajaj
jejejej, con una sola y además partía por la mitad… vaya experiencia..