Posiblemente esta entrada no aporte nada al blog, de hecho no hay ninguna similar en toda su vida, pero ya sabéis que aquí cuento un poco mi día a día… y hoy me apetece escribir para quejarme, para lloriquear un rato y para denunciar actitudes que no me gustan de la gente. Si no lo leéis tampoco os perdéis nada, y si lo leéis tampoco es necesario que os vayáis identificando con lo que aquí digo, porque seguramente ni lo diga por vosotros ni acertéis haciendo cávalas y conjeturas.
Mañana acaba 2010, y para bien o para mal cerraremos otro capítulo de la historia. En este año han pasado muchas cosas, hoy me quejaré de las malas y mañana, para acabarlo bien me alegraré de las buenas. El día 1, será día de propósitos así que nada, me lío con esta serie de 3 post muy relacionados entre sí. Hoy: me quejo y estoy harto.
Y es que, estoy harto de la gente q hace las cosas de cara a la galería, para quedar bien, para que se fijen en ellos, para calmar su falsa y malformada conciencia. Estoy harto de falsetas, hipócritas y sepulcros blanqueados.
Estoy harto de los q se dan golpes en el pecho, de los que se sienten desgraciados, de los que se quejan continuamente sin mirar a su alrededor y darse cuenta de lo afortunados que son y la poca razón q llevan. Estoy harto de lloricas.
Estoy harto de gente cuya palabra no vale un duro, de los que hoy dicen una cosa y mañana la contraria. Estoy harto de no poderme fiar de la gente. Estoy harto del miedo al compromiso porque así hay mas «libertad» de poder hacer lo que me plazca y cuando me plazca. Estoy harto de que para asegurarse que lo haré me pregunten ¿me lo prometes? Pues no gilipollas, no te lo prometo porque con mi palabra te sobra. Estoy harto de gente floja como churros.
Estoy harto de gente a la que hay que dárselo todo hecho para que, además, se quejen y pongan pegas. Estoy harto de comodones.
Estoy harto de los que cada día llegan a su puesto de trabajo con la única intención de amargar la jornada a sus compañeros, o de esas personas con las que lo ultimo q deseas es coincidir tomando una cerveza porque sabes que harán que te siente mal. Estoy harto de infelices.
Estoy harto d los que se quejan de que no le toca la lotería cuando ni siquiera juegan… o juegan con boletos caducados. Estoy harto de fracasados.
Estoy harto de los que no solo se hacen daño sino q intentan que los que le rodean se lo hagan con drogas y vicios de desgraciados. Estoy harto de egoístas sin escrúpulos.
Estoy harto de gente que nunca da las gracias, de gente que se piensa que lo que haces es porque se lo merecen y es tu obligación. Estoy harto de desagradecidos.
Estoy harto de gente que echa la culpa a la crisis, al tiempo o a cualquier factor ajeno a ellos para justificar lo malos que son. Estoy harto de «ojalateros».
Estoy harto de gente que no da un palo al agua las 24h del día los 365 días del año. Estoy harto de vagos.
Estoy harto de la gente que habla sin saber, porque han oído, porque piensan, porque les han contado… Estoy harto de chismes y de gente sin criterio ni opinión.
Estoy harto de gente que se conforma con sus defectos, de gente que se alegra de ser como es a pesar de no ser como querrían. Estoy harto de gente conformista y que pacta con el error.
Estoy harto de que para pasarlo bien haya que beber, beber y beber. Estoy harto de los que no sabemos decir «ya». Estoy harto de chuzamientos by the face.
Estoy harto de Navidades tristes, fatigosas, sin fundamento ni sentido cristiano. Estoy harto de fiestas y festejos.
Estoy harto de cada vez poder dedicar menos tiempo a los que realmente me importan, de llevar años sin mandar crismas, cartas, mails o postales a los que más tiempo llevo sin ver. Estoy harto de ser un desordenado.
Estoy harto de perder tiempo y mas tiempo escribiendo gilipolleces en redes sociales que además incluso llegan a dan lugar a malentendidos y enfados. Estoy harto de 2.0, de 3.0, de chats, de emoticonos, de iPhones, de BB y de medios que hacen q la amistad sea cada vez más impersonal.
Estoy harto, por supuesto, de gobiernos zapateristas, de españoles que se conforman con lo que hay sin hacer nada, de leyes del aborto, del precio de la gasolina, de mentiras y engaños, de rajoys y gallardones… Estoy harto de la mierda de país al que estamos dando lugar en los últimos años y de cómo se ha ido a la mierda la Única España Grande y Libre que un día fuimos.
Estoy harto de una buena parte del 2010, y lo cuento en mi blog porque para eso es el blog de “las cosas que se piensan pero no se dicen”. No estoy enfadado, es más, todo eso son sólo motivos que la vida brinda para ser mejor o ayudar a otros a serlo. De hecho, no estoy harto de muchas otras cosas que mañana, por ser 31, también os contare 😉
Si, concretamente quiero decir eso. Si te vas 1 mes pues ni nos daremos cuenta, si te vas y viene a menudo… poco nos echaremos en falta. Si te vas 1 año y nos vemos 2 veces… pues es probable que perdamos mucho contacto. La amistad se basa en compartir, en pasar buenos y cuando hace falta malos ratos juntos, en saber que uno está ahí para cosas importantes y también para «chorradas» del día a día… Tener un tío en «Graná» es ni tener tío ni tener na’… y Granada, Madrid, Pamplona… son ciudades accesibles y que dan para no perder ese “roce” que te decía, pero Londres, París o New York son palabras mayores. Que evidentemente nunca dejaríamos de ser amigos… pues lógicamente, pero si que es verdad que sería muy distinto, por mucho Whatsapp o Facebook que tuviéramos.
Que estas tecnologías tienen cosas buenas… pues sí, no te lo niego. Pero que no son lo mismo que el cara a cara pues también y que para el corto plazo son cojonudas pero el largo plazo no lo aguantan… pues también. Y la amistad, mi gran amigo, es cosa de muy largo plazo, es cosa de toda la vida.
En el ratio no estoy para nada de acuerdo. 1h offline (cara a cara) equivale a varias horas online y todos los cimientos offline de cd éramos chicos quizá sean los que ahora soporten toda la carga online que le estamos echando.
La productividad en Facebook me imagino que existe, como en todo en la vida… pero no olvidemos que el día para todos tiene 24h y yo si consigo sacar 1h al día «libre» no dudo en gastarla en tomarme una caña contigo, con Paco, con Nachespi, con Alo, o con quién se ponga delante que en «administrar» mis 230 «amigos» de Facebook. Prefiero 1 café con 1 sólo de vosotros que 20 privados por Facebook a cualquiera 20 «amigos» de ahí…
Si me voy un año fuera, o dos, o tres, con nuestro «ritmo» de comunicación online, cuando vuelva nos veremos más viejos o con más canas, pero lo mismo de amigos. Sí te doy la razón es que una relación que empieza y discurre mayormente «online» no tiene esos «cimientos».
De todos modos últimamente no creas que nos vemos tantas veces al año, ¿eh? No me atrevo con una cifra…
De todos modos el fin de la discusión no es más que reivindicar que la tecnología hoy día aporta mucho, muchísimo a las personas que la saben o la quieren utilizar bien: piensa en mi madre con su iPad, es una ventana al mundo que ella jamás imaginó.
Y como ella mucha gente que vive fuera, o que tiene amigos en otros países. Para esa gente Skype, Facebook, etc. son formas de estar más en contacto que por teléfono: fotos, videoconferencia… es una «conversación» más continuada. Por teléfono llamas una vez, preguntas por la salud y hasta mañana que la conferencia es muy cara.
Evidentemente el 95% de la gente no usa las cosas con ese fin, pero creo que por el otro 5% restante, merece la pena.
No es exactamente como lo cuentas, quizá en el post no me haya explicado bien aunque creo que tu comentario es más pa meterte conmigo q para otra cosa! 😉
Le he contestado a MAX algunas cosas… creo que así queda más claro. No obstante una cosa es lo que uno piensa, quiere e intenta y otra la que le sale.
En viernes quedé para tomar café con Alo a las 4, le dije que esa noche me iba a Linares para estudiar al día siguiente… y acabé en Granada acostándome a las 8… pues sí… ¿incoherente? Bueno, muchas veces es cuestión de priorizar y si a un amigo no lo voy a ver en bastante tiempo y en Navidad no hemos coincidido… pues ya dormiré una hora menos durante la semana para recuperar ese día «invertido» en lo que no debía pero de lo que no me arrepiento. Al final, las excepciones son las únicas que hacen que las reglas existan 🙂
Thanks Manu!!!