Aunque pueda parecerlo por la foto, no es mi intención hablar del Papa como nuevo fiche de algún equipo de fútbol… aunque fichar si que ha fichado y por el mejor.
Creo que fue ayer cuando se anunció la Beatificación de Juan Pablo II, pero los que vivimos un poco desconectados del mundo (esto es: yo) nos hemos enterado hace un rato leyendo los tweets de estos días atrás.
Imaginaba que antes o después un anuncio así se haría oficial, pero bajo mis cortas luces no esperaba que fuera a ser tan pronto. La alegría que me ha dado nada más leerlo creo os podéis imaginar como ha sido, que me he puesto a mandar mensajes «por doquier» a los amigos y colegas por si había algún despistado como yo, pero sobre todo para ir creando «ambientillo» porque el día 1 allí voy a estar con todos los que se animen.
No pienso que haya personas que duden de la santidad de este hombre… católicos o no, practicantes o no, ateos, agnósticos, de otras religiones… nadie puede poner en entredicho lo que Juan Pablo II ha sido y ha hecho por nuestro mundo (por ejemplo: contribuir muy activamente al fin del comunismo en Europa y a la caída del Telón de acero) y el ejemplo que con su vida nos ha dado.
Nacido en Polonia en mayo de 1920 fue elegido Papa a los 58 años. En 1981 había muchos (los malos de la película) que se lo querían ventilar porque, un revolucionario como él, les estaba tocando las narices… así que sufrió un atentado de manos de Mehmet Ali Agca del que nunca mejor dicho milagrosamente salió vivo y al que posteriormente perdonó visitándolo en la prisión (nada, lo digo por aquello de predicar con el ejemplo… que aquí los mortales nos enfadamos con demasiada frecuencia por tonterías y nos cuesta perdonar más de la cuenta). 129 son los países que visitó en su pontificado, 13 los idiomas que hablaba a la perfección… y muchos más los datos y cifras que podría aportar, pero para eso ya tenéis wikipedia.
La primera vez que coincidí de cerca con él fue en octubre de 2002 con motivo de la Canonización de San Josemaría. Tanto el día de la canonización como al siguiente pasó varias veces a mi lado, pero este tipo de cosas hay que vivirlas y sentirlas porque de explicar son difíciles (aunque algo parecido viviremos el 1 de mayo). La fuerza, la alegría, su cercanía, su mirada, su sencillez… virtudes como muchas otras vividas en grado heroico y que se le reconocerán «oficialmente» este día cuando sea elevado a los altares.
Al año siguiente pude estar de nuevo con él cuando vino a Cuatro Vientos. La verdad es que en esta ocasión fue asombroso ver a cientos de miles de jóvenes, yo por aquel entonces con apenas 20 años uno más, completamente enganchados a un señor algo mayor que hablaba de cosas «raras» sobre virtudes, valores y entrega al servicio de ese Dios «tan aburrido» que sólo pone «pegas» y «prohibiciones» (pero en el que solo está la paz y la felicidad verdadera). Un abuelito pensarán algunos pero al que los presentes no dejamos de vitorear al grito de ¡Juan Pablo II te quiere todo el mundo!, ¡ésta es la juventud del Papa! o similares, que le hacían mover su bastón de un lado a otro con una sonrisa de oreja a oreja.
Es increíble ver como muchos grupos o cantantes famosos manejan a las masas, como algunos hacen que las entradas de sus conciertos se agoten a los minutos de salir a la venta, como la gente se lo pasa (nos lo pasamos) muy bien en esos eventos… pero como luego, cuando pasan unos meses o a lo más unos años se nos olvidan (y os lo dice uno que fue fanático de eCdL y al que ahora no puede ni ver). Este encuentro, sin embargo, dudo que a la mayoría que estuvimos se nos pueda borrar de la memoria… y no por las varias horas que pasamos bajo el sol, ni por la canción de Niña Pastori… sino por lo que Juan Pablo transmitía con su sola presencia. Sí, es que estas cosas no eran de hombres sino de Dios, del Vicecristo en la tierra… digo yo que algo tendría que ver.
Es más, cuando a finales de marzo de 2005 ingresó muy enfermo en el hospital nuevamente miles de personas se acercaban a la plaza del Vaticano a orar, y muchos millones lo hacíamos desde nuestras ciudades en cualquier parte del mundo cuando el 2 de abril dejó este mundo para pasar a la Vida Eterna. Me acuerdo perfectamente de ese momento. Yo estaba en mi casa, no recuerdo si era viernes o sábado pero si sé que estaba cenando cuando en las noticias lo dijeron. La verdad es que en esos momentos, ante la perdida de alguien tan querido lo más normal hubiera sido entristecerse… pero al menos en mi caso no fue así. A sus 85 años tenía todos sus «deberes» hechos, había sembrado la paz y la alegría por todos los rincones de nuestro planeta y por fin le llegaba la hora de descansar, entrar por la puerta grande en el Cielo y ver face to face al Jefe. ¿Por qué entristecerse ante esto? La verdad es que no lo acabo de entender. De hecho lo que también recuerdo es que esa noche salí con mis amigos como estaba previsto, Renfe nos esperaba y un rato de risas y buen ambiente reinó como era habitual.
El martes, ya en Madrid, me enteré de un grupo de amigos que iban a ir a su Funeral. Habían alquilado un autobús y aún le quedaban algunas plazas libres. Estaba en el hall del edificio A de mi universidad, era cerca del mediodía y me dirigía a una clase de libre elección… pero antes llamé a Juan que también se encontraba en Madrid estudiando…
– Oye Juan, ¿como estás de liado? ¿algún plan para estos días?
– Pues lo normal, nada previsto por ahora.
– Me he enterado que unos amigos van mañana a Roma para el funeral del jueves, en plan bus y sin sitio donde dormir… ¿y si nos apuntamos?
– Ostras, ¿así de sopetón? a ver, creo que puede estar bien, déjame que lo pienso y lo hablo con mis padres, ahora te llamo.
No pasó ni 1 hora cuando Juan me decía que sí, que nos íbamos. ¿Te vienes a mi casa a dormir que el bus sale muy temprano de Madrid y así vamos juntos? Max nos lleva… le comenté – Hecho!
Llegamos a Roma tras muuuuuchas horas de bus, pero estos son de ese tipo de viajes en el que hay tan buen ambiente que las horas pasan volando. Las colas para entrar al Vaticano y darle el último adiós eran tremendas y hubiera sido imposible acceder a su interior haciéndolas… En fin, sólo diré que en apenas 1 hora estábamos dentro (o como diría Alo «muy dentro»), de rodillas y rezando ante él :).
Pasamos la noche tiraos en la calle, con nuestro saco de dormir y en muy buena compañía porque el mundo es tan pequeño que nos encontramos con varios amigos de Jaén (Luque, Jaime, Molina, Juanpi, Francis, Buda…). A la mañana siguiente la gran multitud de peregrinos venidos para la ocasión inundaban las calles de la ciudad… Creo que ni en el mejor y más multitudinario evento que hasta hoy conozco se había reunido tanta gente… ¿Qué tendría Juan Pablo para mover a esa inmensa muchedumbre? Pues no sé, pero de cosas de este mundo seguro que no hablamos…
Cambiando de tema… que me pongo muy pesado con los recuerdos… El 1 de Mayo y como se titula el post ya tengo más que decidido que allí estaré de nuevo. Sé que en la cofradía me van a tirar los trastos a la cabeza porque coincide con las Cruces de Mayo y toda ayuda es poca… sé igualmente que no podré disfrutar de ellas ni incluso de las de Córdoba a las que también tenía pensado ir… Pero me dan igual ambas situaciones porque lo primero es lo primero y a este hombre sólo lo van a beatificar una vez. El plan… pues sinceramente me da igual, pero cuanto más «aventura», «cutre» y barato… mejor. Al fin y al cabo ya he ido 2 ó 3 veces a Roma en autobús desde aquí xD. Lo único que espero es que muchos amigos y colegas se apunten, este tipo de cosas son las que de verdad marcan,unen y nunca se olvidan… y concretamente a JPII le debemos mucho 😉
Además, para los que aún no han caído… el día 1 es festivo y al ser domingo se pasa al lunes, así que… ¡no pongáis pegas de trabajo! :p
Va a merecer la pena, y el que vaya si algo le puedo firmar ahora mismo es que JAMÁS SE ARREPENTIRÁ. ¡Ánimo chaches!
Yo también iré, no sé como llegaré ni donde dormiré pero, si sé con quien iré y eso es lo más imporatnte, lo demás viene rodado!!
Ni que lo digas… yo ya tengo a 4 amigos con los que ir… qué ganas tengo!!!