6 de marzo: el de 1929, el de 2011 y el de 2013; mismo día en 3 años distintos. El primero corresponde al nacimiento de mi abuela Nana, el segundo es cuando falleció Chema Cruz y el tercero cuando casi desaparezco yo de este planeta. Será todo ello…. ¿casualidad? Pues no, evidentemente NO.
Iba de Granada hacia Linares para comer con mi abuela por su 84 cumpleaños. Serían las 13:45h y llovía mientras pasaba por el Km. 61 de la A44 a la altura de Cambil. En décimas de segundo y aún sin saber como perdí el control del coche y me fui directo contra la mediana central que separa ambos sentidos de circulación. ¡La que me esperaba!
En décimas de segundo por mi mente sólo pasó que si invadía el sentido contrario de cara y venía un coche de frente el choque sería mortal. Pisé un poco el freno mientras tiraba del freno de mano y giraba el volante. No sé como lo hice, fue instintivo y conseguí hacer un trompo para romper la mediana de culo y circular así varios metros por el sentido contrario. Mientras lo hacía me encongí metiendo la cabeza entre las piernas y repetí varias veces para mis adentros: «perdón Señor, perdón». El corazón se me salía del pecho mientras esperaba el impacto de cualquier coche o camión que circulara tranquilamente por allí, pero no. Mi coche se detuvo. Levanté la cabeza, miré por el retrovisor y me aparté tan rápido como pude del carril.
Los que «me conocéis» seguro que ahora mismo estáis pensando que eso me pasa por ir rápido, que seguro que además iba con el whatsapp, twitter… o cualquier cosa así. Los que de verdad me conocéis sabéis que desde hacía tiempo no me fiaba ya ni un pelo del viejo Sharky con sus 10 años a las espaldas, y que por esa razón muy rara vez pasaba de los 140 km/h. Además, también sabéis que cuando llueve no me desconcentro haciendo lo otro así que, por esta vez, esas cosas no tuvieron la culpa y más bien sería un bache, el agua o cualquier circunstancia ajena a mi. De hecho, puedo confesar eso sí que iba con el disco de «DJ SELU» a todo volumen y cantando alguna de sus canciones jejejej.
No me alargo. La moraleja es muy clara y aunque he titulado el post que esto no se lo había contado a nadie, es mentira. Mis padres, Alfredo y Cortés si lo saben y a ellos le hice la misma reflexión que ahora os hago a todos los demás: las cosas pasan COMO y CUANDO Dios quiere. Y además, en este caso, el susto SEGURO que quedó así porque mi abuelo y Chema desde el cielo intercedieron por mi. El primero porque no soportaría ver a mi abuela sufrir el día de su cumpleaños ante la llamada «su nieto ha tenido un accidente». El segundo, Chema, porque también fue en la carretera como él murió y seguro que tampoco quería hacer pasar a mi madre por lo mismo que hemos visto pasar a la suya. Rezar, a él y a mi abuelo tantas veces y durante tanto tiempo… seguro que fue la causa de este final feliz que quedó en algo más de 2000€.
Pensadlo. No lo he contado hasta hoy por orgullo, porque yo también me hago la típica pregunta de «cómo me pudo pasar eso a mi». Pero bueno, quizá la explicación ha quedado muy clara y viene muy al caso para explicar que… los caminos de Dios son inescrutables. ¿Para qué me habrá dado esta nueva oportunidad? Uhmmm…. quién sabe si ese puede ser motivo de próximos post jajajajajaj.
Por cierto, ¿sabéis la mayor «casualidad» de todas? Un amigo de Málaga venía en ese momento por el sentido que invadí y rápidamente se paró a socorrerme. El mismo amigo que hace unos meses me presentó a una malagueña muy maja pero con la que la historia finalmente quedó en nada. Ale, ¡pues qué vivan las casualidades! xD
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