Perdón, gracias, por favor: 3 vocablos en desuso


He oído que con todas estas reformas que está llevando a cabo la RAE han pensado aligerar nuestro diccionario y eliminar algunos vocablos que ya no se usan. Gracias, perdón y por favor parecen ser que están entre ellos.

Exageraciones a parte, no es frecuente que las personas que te rodean cuando debe pedirte algo lo haga «por favor», mucho menos que cuando haces algo por ellos te den las «gracias» y ni que decir tiene que cuando se equivocan o metan la pata pidan «perdón». Es más, suele ser habitual que la gente desconocida si que los utilice, quizá porque para ellos no importamos nada y lo hagan por mero cumplimiento (cumplo y miento.. :()

Un viejo amigo, Víctor de nombre, fue todo un ejemplo para mi en el uso del termino «gracias». Persona educada, respetuosa y cordial no dudaba en darlas incluso cuando el favor te lo hacía él. Unos tanto y otros tan poco… por desgracia.

Muchas veces quizá pensamos que nos merecemos lo que otros hacen por nosotros, otras veces quizá pensamos que «si lo ha hecho, es porque ha querido»… hombre, ¡no te jode! ¿Qué pasa, que si se hace con gusto entonces no merece ser reconocido? Las que más seguramente no las demos por descuido o exceso de confianza, una grave falta de justicia en el fondo. Darlas mal y tarde… tampoco es lo mejor, pero ahí quedan.

Además, muchas veces no basta con dar las gracias sino que el motivo invita a demostrarlas con hechos. Sí, con hechos (obras son amores y no buenas razones). Decir de palabra las cosas a veces es fácil… y lo difícil es matizarlo con hechos. Por ejemplo: te invitan a un cumpleaños y seguramente cuando acaba la fiesta te acercas al anfitrión y le sueltas la palabra mágica («gracias») pero… ¿has hecho algo más costoso para demostrarle que de verdad estás agradecido por la invitación? Y muchas veces no es una cuestión monetaria sino de lo que hay detrás (tu tiempo, haberte calentado la cabeza para buscar algo «que mole», haber tenido que recopilar el dinero de los demás, haber ido a la tienda o haberlo creado en tu ordenador… en fin).

Pedir perdón es mucho más complicado. Comerse el orgullo, agachar la cabeza y decir «me he equivocado» puede ser de las cosas más difíciles en esta vida. Y hacerlo con alguien que nos importa, al que hemos defraudado, ofendido o dañado no sé si es más o menos fácil, pero no me cabe duda de que es muy necesario. Perder a los que nos importan por soberbia debería estar penado con la muerte.

Dicen que dos no discuten si uno no quiere, y también dicen que cuando pasa algo entre dos personas… «el otro también tendrá algo de culpa». El caso es que si nos empeñamos en encontrar una o dos razones de por las que no disculparse y pensar que el otro es el que debe hacerlo… es relativamente fácil y rápido encontrarlas.

En mi casa es una palabra que no se ha escuchado nunca. Tras un enfado, una discusión, un cabreo… se deja pasar el tiempo hasta que el agua vuelve sola a su cauce… pero el problema es (y lo digo porque lo sé) que a veces el río nunca más vuelve a encauzarse. Creer que «el tiempo lo cura todo», que «ya se le pasará», que «tampoco es para tanto»… dejar pasar tiempo a la espera «del mejor momento para hablarlo»… son simplemente excusas y más excusas para no echarle webos y arreglar la situación. El tiempo cura cuando se han puesto los medios, en caso contrario puede hacer que una simple infección se convierta en gangrena.

En fin, si algo bueno puede sacarse de estas situaciones que he vivido es el haber aprendido a no hacer con los demás lo que a mi no me gusta o me parece que no se hacen correctamente. Quizá por ello, cuando tengo la más mínima duda de haber podido meter la pata con alguien no dudo en disculparme lo antes posible y dar marcha atrás. En estos casos estoy seguro que más vale que nos sobre a que nos falte, por difícil que sea.

Otro tema es que cuando uno pide perdón lo primero es que por supuesto asume que «le caiga la bronca». Pretender pedir perdón y que nos den la palmadita (cosa que me parece muy bien que pase) es una posibilidad, pero si la otra persona está ofendida y nos dice cuatro cosas (bien dichas y no en plan puñalada) no acallemos nuestra conciencia convenciéndonos de que «con lo que me ha costado disculparme y encima me regañan».

Y ojo, que ya he dicho lo que cuesta pedir perdón más que nada porque la soberbia siempre nos dice que «la culpa es del otro» o «que el otro también tiene culpa»… pero si lo pedimos es fundamental que sea bajo el arrepentimiento y con intención de reconciliarse… porque sino además de no arreglarse el asunto seguro que se estropeará más. Y recordad, igual que dos no se pelean si uno no quiere… dos tampoco se perdonan si uno no da el primer paso.

Por último, considero a la palabra «por favor», además de una palabra amable con la que empezar o acabar la frase, una palabra que predispone al que la utiliza en una posición de inferioridad entendida como «necesito esto de ti y te estaré agradecido si me ayudas». Los favores se piden y no se exigen, y por tanto cuando alguien nos dice que no está en disposición de concedérnoslo se debe entender como lo que es… ¿y qué es lo hay que entender? Pues dependerá del caso… Por ejemplo: si estás harto de hacer favores a alguien y algo que le pides te lo deniega… tú mismo. Si lo que pides es un «imposible»… piensa si te has pasado con la petición. Si pides un «posible» y te da largas simplemente por apetencias, porque tiene otros planes, porque «no le apetece»… aprende para próximas. Algunas veces los favores cuestan trabajo y otras son fáciles… aunque sin duda lo bonito es hacerlos con buena cara, sin que se note ese esfuerzo y sin intención de que nos lo agradezcan.

Esto es lo que hay, y así os lo he contado. Matizo si acaso que el post pretende tratar a estas tres palabras como vocablos llenos de contenido real y no como simples sonidos que salen de nuestra boca «para cumplir». Tres palabras que hay que decir y manifestar con el corazón, con hechos…

Y ante la duda… NUNCA dudes en dar tú el primer paso y usar cualquiera de ellas.
PERDÓN, GRACIAS, POR FAVOR: 3 palabras desde ahora en SOBREUSO 😉

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