Quiero estar soltera, pero contigo para ser feliz


Acabo de leer el artículo de una escritora canadiense titulado «Quiero estar soltera, pero contigo» y me veo en la obligación de contestar a sus planteamientos que, siendo tan socialmente aceptados y políticamente correctos, sólo fluyen hacia un tipo de relación vacía y con fecha de caducidad.

No puedo preguntarle a Isabelle si cree en el amor para toda la vida, ese amor que muy probablemente hemos visto en nuestros abuelos, padres, familiares cercanos, amigos… No es muy habitual en una España en la que dos tercios de los matrimonios fracasan pero, porque tenemos ejemplos en los que esto se da…, al menos sabemos que es posible. Sin embargo, aunque no pueda preguntárselo, es evidente que Isabelle no cree en ese tipo de amor, porque en todo su artículo sólo y exclusivamente busca una relación basada en las emociones, el sentirse bien, el placer y el disfrute del sexo. Pero Isabelle: la vida por desgracia no es solo eso; y el amor, tampoco.

En una escena de El Indomable Will Hunting el profesor de Will, en una gran lección sobre la vida, dice a su alumno: «no sabes lo que es perder a alguien, porque solo lo sabrás cuando ames a alguien más que a ti mismo». Sí, Isabelle, en eso consiste el amor, en el completo olvido de uno mismo en pro del otro. Echo en falta párrafos en tu artículo en los que hables de esa entrega y siento que sobran muchos en los que invitas a que cada uno haga lo que le dé la gana.

También observo que quieres una pareja para todo lo bueno que ese tipo de relación aporta, pero que huyes del compromiso. Quieres estar con una persona que te ayude a disfrutar de la vida, quieres a tu lado al «mejor amigo» con el que compartir locuras…, pero no dices en ningún sitio que te quieres entregar a él por amor, que es el verdadero garante de la felicidad. Tu tipo de relación top se basa en un disfrute fugaz que hoy te dará un hombre y mañana otro. Tus planteamientos no incluyen por ningún lado el compromiso de querer estar junto a alguien para todo –no sólo para lo placentero– y para siempre; sin esas dos perspectivas nunca te sentirás llena y completa. No te lo argumento porque esto lo enseña la vida misma y, como se dice en filosofía, contra los hechos no hay argumentos.

No te culpo de todos estos planteamientos, Isabelle, porque esto es lo que hoy y por todos lados nos vende nuestra sociedad. Un amor libre, sin compromisos, obligaciones ni responsabilidades. Un amor fugaz como casi todo lo que nos rodea. Un amor como la tecnología, que debemos renovar continuamente para estar siempre a la última y con lo aparentemente mejor. Este tipo de amor algún día te dejará sola, cuando ya no estés tan guapa, tan rubia y tan delgada, con ese culo que despierta admiración –de modo idéntico a como el de la perra enciende al perro-, cuando quizá te quedes sin trabajo y sueldo o cuando llegue una dura enfermedad, porque siempre existirá otra chica que reúna, al menos en parte, esas cualidades que hacían que ese hombre estuviera a tu lado.

Te quedarás sola cuando tu novio ya no vuelva a casa con resaca sólo de vez en cuando, sino cuando eso empiece a ser lo habitual porque se lo pase mejor con sus amigos que contigo, porque en ti no encuentre el amor como nota distintiva, sino una mera compañía más.

Te quedarás sola cuando os canséis de probar todo tipo de posturas en la cama y ya no os quede más remedio que probar con otras personas -en el mejor de los casos-. Te quedarás sola cuando, en vez de llevarte a tu cama en un estado catatónico para usarte de cojín, prefiera irse a la cama de otra amiga que se comporte como una persona y no como un simple animal, que además no es capaz de controlar sus instintos más primarios a los que da rienda suelta en cualquier momento y habitación.

Te quedarás sola cuando ése con el que quieres tener vida de soltera, al tontear con otras chicas, no sepa echar el freno, llegue a más con ellas y te acaben sustituyendo. Me encanta que te guste jugar con fuego… pero los hombres no somos de piedra y donde no hay amor al final todo puede acabar valiendo. Qué bonito hubiera sido que acabaras diciendo: «quiero ser ésa a la que le haces el amor porque me amas». Pero no, es imposible que te acabe amando una persona que construye su relación con estos cimientos de papel.

Isabelle: te vas a quedar muy sola en cualquier relación en la que te vendas como el objeto que no eres, cuando todo lo que puedas aportar al otro sean risas, una cara bonita y un buen culo, además de noches de sexo loco y borracheras porque, Isabelle, chicas así hay muchas –de hecho por desgracia hoy en día son las que más abundan–.

Isabelle: “véndete” –si es que ese verbo se puede usar con un ser humano– como la persona que sí eres, la persona que lo único que desea es amar y sentirse amada. Isabelle: que no te dé miedo amar, aunque ese amar a veces implique sufrir, porque el amor verdadero y desinteresado es más fuerte que todo lo que pueda hacerle frente; y es el camino seguro hacia la felicidad. Isabelle: que tu ventaja diferencial en este mercado tan competitivo seas tú, tu interior, lo que sólo tú puedes aportar; y esto dáselo a quien realmente se lo merezca porque por amor esté dispuesto a dar hasta su vida por ti.

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